sábado, 21 de mayo de 2011

El Manifiesto del Oso (Democracia Real YA)



El oso dormido se ha despertado.
Y a muchos les gustaría que se volviera a dormir.
Pero este oso no puede ni debe hacerlo.
El invierno ha sido largo.
Las mentiras han sido muchas.
Mentiras gordas y en ocasiones asesinas.
Sí, el oso ha sufrido mucho y tiene hambre.
Pertenece a una generación que ya vive peor que la anterior, aunque digan lo contrario los leñadores de la libertad.
Da igual que estudie o no lo haga: el sistema sólo le ofrecerá un trabajo de mierda y un sueldo que cada vez será más ridículo.
La vivienda se convierte en un mito inalcanzable.
¿Dónde está el bienestar social que tanto predican unos y otros?
¿Debajo de los adoquines?
¿En Wall Street y su Nuevo Orden Mundial?
Alguien ha dado un puñetazo en la pared.
Ya no hay clase media entre los osos: sólo ricos y pobres.
Y los pobres están cabreados.
Hartos de sectas políticas y medios de comunicación.
Da igual que gane el PSOE o el PP.
La banca siempre gana.
Pero ELLOS le tienen miedo al oso.
Saben que un oso cabreado puede ser muy peligroso.
Y por eso intentan domarlo desde la izquierda y arrinconarlo desde la derecha.
A veces el oso duda y recula.
Otras el oso avanza orgullo por senderos heterodoxos.
Es tiempo de cambios.
De dejarse en los bolsillos el dogmatismo barato y las frases hechas.
El oso ya no avanza solo.
Cada vez son más.
Hay osos de izquierda y también osos de derechas.
Osos de todos los pelajes.
Osos comunistas, democráticos, anarquistas, falangistas, bolcheviques, nacionalistas, ateos, fascistas, creyentes, populistas, librepensadores… Y osos que ya no quieren ser osos.
Pero unidos son fuertes y poderosos.
La banca y sus acólitos políticos también lo saben.
Por eso intentarán desunirlos desde la izquierda y la derecha.
Lo intentarán por todos los medios.
Habrá puñaladas traperas y violencia de falsa bandera.
Y cuando esto ocurra los buitres de la prensa se echarán sobre la carnaza.
Y los osos huirán en desbandada, pisándose los unos sobre los otros como han hecho siempre.
Ha llegado el tiempo de ser inteligentes.
De lo contrario llegará un día en que no habrá osos, salvo en los zoológicos.
¿Nos atreveremos a cerrar este asqueroso zoológico de una puñetera vez?
Yo creo que sí.
Por eso yo os saludo, hermanos osos.
Acabo de despertarme.